Esta es la despedida que yo hice en el campo a la semana siguiente de la de la playa. Al principio la cosa estaba tranquilita, pero a medida que iban pasando las horas la cosa se fué animando y también nos lo pasamos muy bien. No os puedo contar muchas cosas porque os prometo que tengo grandes lagunas mentales, estas malas pécoras me emborracharon como hacía años que no lo hacía (yo solita también colaboré a ello...). Menos mal que existen las fotos y algunas amigas decentes que no se emborracharon y me han podido contar alguna cosa después.
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